Jacinto Marcos


Edad: 58





Toda mi vida, he vivido en Acul, una pequeña aldea campesina cerca de Nebaj. Mi esposa me dio - esperate dejame preguntarle - en total ocho niños. El mayor tiene treinta y uno y el menor tiene doce.

Durante la guerra mi familia se escondió por tres años y medio, y casi no sobrevivimos en las montañas, comiendo nada más que maíz.

Cuando regresamos, la aldea estaba totalmente destruida y tuvimos que reconstruirla de la nada. Fue un tiempo muy triste y muy difícil. Ojalá que las cosas mejoren. Sólo dos de mis hijos siguen yendo a la escuela. Considerando los gastos de los uniformes y materiales, no los puedo mandar después que la edad de quince años.

La escuela no tiene suficientes aulas para todos los alumnos, y aunque la educación es tan importante, no viene ninguna ayuda del gobierno.

Por lo menos tengo mi trabajo y no tengo que recurrir al crimen para sobrevivir. No me gusta hablar del pasado. Es bueno ser cauteloso - y qué importa pues? Hablar contigo no va a hacer que las cosas mejoren.

Gracias a Dios por esto: por lo menos mi familia sobrevivió.








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