Toda mi vida, he vivido en Acul, una
pequeña aldea campesina cerca de Nebaj. Mi esposa me
dio - esperate dejame preguntarle - en total ocho
niños. El mayor tiene treinta y uno y el menor tiene
doce.
Durante la guerra mi familia se escondió por tres
años y medio, y casi no sobrevivimos en las
montañas, comiendo nada más que
maíz.
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Cuando regresamos, la aldea estaba
totalmente destruida y tuvimos que reconstruirla de la nada.
Fue un tiempo muy triste y muy difícil. Ojalá
que las cosas mejoren. Sólo dos de mis hijos siguen
yendo a la escuela. Considerando los gastos de los uniformes
y materiales, no los puedo mandar después que la edad
de quince años.
La escuela no tiene suficientes aulas para todos los
alumnos, y aunque la educación es tan importante, no
viene ninguna ayuda del gobierno.
Por lo menos tengo mi trabajo y no tengo que recurrir al
crimen para sobrevivir. No me gusta hablar del pasado. Es
bueno ser cauteloso - y qué importa pues? Hablar
contigo no va a hacer que las cosas mejoren.
Gracias a Dios por esto: por lo menos mi familia
sobrevivió.
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