Elena Velasco Raymundo


Edad: 46





Yo siempre he vivido en Acul. Solamente durante la Guerra fui desplazada por un año y medio.

Mataron a mi esposo, entonces fui a buscar refugio en las montañas sagradas. Tenía que preocuparme de mis tres hijos - de año y medio, cuatro y seis en ese tiempo.


Luego a mi papá le dio una bala. Le habrá tomado casi dos años morirse.

Todavía me afecta mucho todo ese sufrimiento, la pérdida de esposo y padre. Le duele mucho a los niños no tener un padre en sus vidas.

Por supuesto, estoy enojada con el ejército. Quemaron todo lo que yo quería, la casa, la ropa, el maíz, los animales - torturaron y mataron a nuestros animales, secuestraron niños y niñas, violaron mujeres, nos hicieron pasar hambre y sed en las montañas. Por resultado de eso, siempre tengo dolor en el cuerpo.

Durante la Guerra hubo mucha participación de las mujeres porque muchos de los hombres se fueron a luchar con la Guerrilla. Necesitaban gente para luchar y proveer. Muchas mujeres trabajaron como hombres. Durante la Guerra construimos este pueblo modelo: las mujeres trabajaban en la escuela, las mujeres construyeron las calles, consiguieron agua potable y electricidad, porque casi no quedaban esposos. Consecuentemente, después de la Guerra, hubieron miles de viudas.

Hoy, la diferencia entre hombre y mujer es obvia otra vez - las mujeres no tienen la misma fuerza. Quiero un trabajo, pero no queda ningún trabajo para mí. Entonces trabajo por mí misma, coso Traje y trato de venderlo. Mis hijos básicamente ganan el dinero para sostener nuestra familia, tienen que trabajar por nuestra comida.

Cómo puedo sentirme tranquila? He perdido todo lo bueno que tuve en mi vida. Me gustaría tener tierra para colectar madera para el fuego, criar animales para la carne, tener una máquina de coser. Me gusta escuchar música, pero no tengo el dinero para comprarme un radio. Me gustaría tener una casa propia otra vez, como la que tenía antes de la Guerra.

Antes vivíamos siempre con miedo, tristeza y hambre. Ahora vivimos sin el terror. Pero es una lástima que no tengamos una forma de ganarnos la vida. Es casi como si no tuviéramos paz, sólo seguimos sufriendo las consecuencias.








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